Crónica de una velada turbia 19/12/12

sábado, 29 de diciembre de 2012


Las intermitentes preguntas en mensajes cibernéticos o encuentros imprevistos con las que muchos nos asaltábais en nuestro ver pasar la vida por Granada, sumidos en un otoñal letargo literario, nos terminaron de animar a celebrar una velada más de La Terturbia. Queríamos tomar el pulso a vuestro ánimo y pasar un buen rato rodeados de caras de viejos amigos, sobre todo eso y pensar en futuras reuniones, pero sobre todo eso.

La noche no defraudó y como agradecimiento a aquellos que nos acompañásteis e invitación para los que no pudísteis hacerlo, pasamos a relataros una velada que se encargó de abrir Neftalí González con una selección de poemas de autoría propia y ajena, en la que los versos de Miguel D´Ors se fueron intercalarando con lo suyos:

Insisto

Mi vida: tantos días
que no estuve en El Cuzco
ni en Siena ni en Grenoble,
tantos aviones rubricando el cielo
en los que yo no iba, tantas voces
cuyo calor jamás
tocó mi corazón.
Sólo el tiempo, vacío,
sólo el tiempo, esta estepa
desesperada, sólo
ver los martes, los miércoles, los jueves,
ver cómo se suceden, implacables,
los tubos de Colgate.



Raro asunto

Raro asunto la vida: yo que pude
nacer en 1529,
o en Pittsburg o archiduque, yo que pude
ser Chesterton o un bonzo, haber nacido
gallego y d’Ors y todas estas cosas.
Raro asunto
que entre la muchedumbre de los siglos,
que existiendo la China innumerable,
y Bosnia, y las cruzadas, y los incas,
fuese a tocarme a mí precisamente
este trabajo amargo de ser yo.


Miguel D´Ors
En "Es cielo y es azul" , 1984. 




Reproche a Miguel d'Ors

Tu corazón navega en la «Kon-Tiki»,
se adentra con Amundsen por la grandes
soledades heladas,
sube al Nanga Parbat con Hermann Buhl, se abre
paso hacia el Amazonas, monta potros,
se hunde en ciénagas verdes con fiebres y mosquitos,
atraviesa desiertos, caza el oso.

Y tú aquí, traidor, en un escalafón y un horario.

Miguel D´Ors
En "Chrónica" , 1982. 


7:30

Cuando el infarto de las cosas llegue
al silencio voraz de las aceras,                                                       
cuando el último grillo
termine                                            
su milenario afán
de afilar los costados de la noche                                                            
y el traspié de la esquina
amenace tormenta
y desciendan
cascajos panes peces y bombillas
bendiciendo
la ciudad inconclusa
y el rebosado sueño
como un plazo temprano
de mañana. 




No el suelo,
sino la voluntad de la farola
es aquello que sostiene esta acera incierta a medianoche
quien suspende
con pretensión naranja
una porción de vida ante el abismo.

Así ocurre con todo:
la primera hoja que encrudece y desiste
precipita el otoño,
la sed rechaza el agua
y un pálpito golpea y anticipa la parca
lo mismo que impasible persiste
la inmediata convulsión en la cerilla.

Toda inercia se niega según se desenvuelve
de forma irrefrenable
camino a su contrario.



Neftalí González
Inéditos, 2009

La música, que durante toda la noche nos acompañó, comenzó con nuestros compadres de Distorsión cognitiva (Coque Beck, Raúl Skinner, Mario Flow y Pablo Dey), con una magistral versión de Si me das a elegir, poema intercalado incluido.
Víctor Rodríguez puso en escena una canción de tintes cómicos, dibujo de las vivencias de un hombre que se ve obligado a separarse de su pareja tras las inaceptables exigencias de esta.  El tema fue bautizado para la ocasión con el título Ella se fue.
El recital continuó de la mano de Víctor Legrán, con un poema de Javier Egea primero y la creación personal Cartuja a las 9 A.M., inspirada en un tempranero ascenso a la facultad. Llegó entonces el turno de los versos de Gabriel Quirós, que desde el escenario se derramaron por La Tertulia bajo la forma de un par de poemas.
El cuarteto musical Distorsión cognitiva quiso despedirse dejando también su huella personal. Lo hizo con el tema Ya fue yo no fui.




En su segunda intervención, Neftalí González compartió un puñado de sus poemas más recientes junto con  una selección de recomendaciones.
Tras el poema "La voz en bruto" llegó el turno de un par de sorpresas. 
Primero fue Lidia Ríos, con los poemas temáticos Preludio y Amor, quien abrió oficialmente el espacio dedicado al escenario abierto que siempre ha sido la seña de identidad de La Terturbia y al que siempre estáis invitados a participar.
Tras esto apareció Fran Fernández en escena,  viejo conocido que andaba de vuelta por su Granada e hijo adoptivo de La Tertulia, interpretó su tema Los enemigos con la cómoda soltura del que toca en su casa, donde lo que sobra, precisamente, son los amigos. A los queráis conocer más a fondo su trayectoria y los proyectos en los que está trabajando os invitamos a echar un vistazo a su página web: franfernandez.com o a escuchar el tema "Por lo que tiemblo al verte":




El telón nos pilló retratando Los madriles de Umbral y alargando la velada rodeados de caras de viejos y nuevos amigos.


A todos nos encantó veros, a Juanje, a la perenne mesa de los Andreoli, a las caras alargadas del escenario, a Alfonso -aunque esta vez te pillásemos sin poemas en los bolsillos-. A los demás también os echamos en falta, a los que nos acompañasteis algún día y cuya cara recordamos con mayor nitidez que vuestro nombre. Se extrañó en especial a los exiliados, Lokerón, pero allí quedaron vuestras sillas, algunas vacías y otras teñidas de terciopelo azul.

En vista de que la vida sigue y el mundo también, nos despedimos de todos hasta la próxima velada. Van ya cuatro temporadas ininterrumpidas de Terturbia semanal, siempre que vosotros no lo impidáis, 2012 no habrá sido el último. Ahora ya sin periodicidad que asegurar, prometemos volver a vernos. De las fechas os iremos informando por este blog que acabamos de retomar y por otros medios habituales. Os invitamos a todos a volver y, a los curiosos, a daros una vuelta en alguna noche de miércoles.

Un fuerte abrazo,
nos seguimos leyendo